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Gracias por visitar la web de los Oblatos Benedictinos Seglares de la Abadía de Santo Domingo de Silos.

Ceñida, pues, la cintura con la fe y la observancia de las buenas obras, sigamos su camino, guiados por el Evangelio, para que merezcamos ver a quien nos ha llamado a su reino.

Prólogo Santa Regla.

Liturgia

Primera lectura:

Números 11, 25-29 “¿Estás celoso de mi? ¡Ojalá todo el pueblo fuese profeta!”

Salmo responsorial:

Salmo 18,8.10.12-13.14: Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Segunda lectura:

Santiago 5, 1-6 Vuestra riqueza está corrompida

Evangelio:

Marcos 9, 38-43. 45. 47-48 "El que no está contra nosotros está a favor nuestro. Si tu mano te hace caer, córtatela."

Lecturas completas aquí.

27 de Septiembre de 2015. Domingo XXVI del Tiempo Ordinario.

Ciclo B. Semana 2 del salterio.



Primera lectura. "¡Ojalá todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!" El Señor siempre quiere dar su amor a toda la Humanidad y son los hombres los que cierran su corazón y su vida al amor de Dios Nuestro Señor. Si todos abrieran su corazón a Dios entonces el Espíritu Santo estaría en todos los corazones. Lo de profetizar, eso suena un poco más difícil en la imagen típica que tenemos de alguien profetizando como si fuera un iluminado pero sí que profetizaríamos en el sentido de que veríamos con claridad el camino que hemos de seguir.

Salmo Responsorial. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón". Ante tanta degradación de todo tipo que padecemos en las sociedades occidentales, el mensaje para nosotros está claro: la Ley de Dios es eterna, Cristo es eterno. Su Reino ya está en nosotros como un grano de mostaza, pequeño, pero que va creciendo dentro de nosotros, nos va cambiando sin prisa, según el ritmo que Dios cree conveniente. No nos importa lo que digan los Zapateros, Almodóvares, Carlos Sauras, Marisoles, Santiagos Seguras, Jorge Javieres, Amenábares, Zerolos, y demás tropa. No, a nosotros lo que éstos digan no nos importa ni interesa porque no tienen autoridad para regir nuestra vida. La única autoridad para regir nuestra vida es Jesucristo. Y nosotros los hacemos siguiendo la espiritualidad de nuestros hermanos los monjes de san Benito en Silos.

Segunda lectura. Extraordinario texto. El rico, el que ha explotado al otro en su propio beneficio, el que se lo ha pasado bomba a costa de perjudicar al otro, aquel que ha puesto el centro de su vida en sí mismo aunque para ello le tenga que pisar el cuello a su hermano, éste lo pasará muy mal, irá al lugar en el que habrá llanto y crujir de dientes. ¿Por qué la Iglesia no dice esto más alto y claro? ¿Por qué no cesamos de oír que Dios es amor y misericordia (que lo es, obviamente) pero no oímos que habrá un Juicio Final en el que todos estos malvados tendrán la condenación como fruto de sus actos y de su no arrepentimiento?.

Evangelio. Cristo, como siempre, habla aquí con una claridad merididana: el hombre debe anteponer la consecución de la salvación a cualquier otra consideración. Vivimos por el amor que sabemos que Cristo nos tiene y que hemos experimentado. Hemos tenido todos nosotros un encuentro personal con Jesucristo. Él nos ha llamado a la santidad y nos ha puesto en compañía de nuestros monjes de Silos. No hemos de dejar que nada nos aleje de esta confraternidad espiritual. El destino de los que reniegan de Cristo es el lugar donde está el fuego eterno. Digámoslo bien claro y alto: EL INFIERNO EXISTE.



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