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Gracias por visitar la web de los Oblatos Benedictinos Seglares de la Abadía de Santo Domingo de Silos.

Ceñida, pues, la cintura con la fe y la observancia de las buenas obras, sigamos su camino, guiados por el Evangelio, para que merezcamos ver a quien nos ha llamado a su reino.

Prólogo Santa Regla.

Historia

A lo largo de la historia el término Oblación ha designado sucesivamente realidades diferentes. Los oblatos fueron:

Los niños,

a quienes sus padres comprometieron de forma definitiva en la vida monástica, "ofreciéndolos" a un monasterio (S. Regla, c. 59).

Los adultos,

que se ofrecían ellos mismos a un monasterio de su elección, para llevar una vida cuasi monástica al servicio de la comunidad y viviendo con ella (oblatos regulares).

Los adultos laicos,

que sin abandonar sus responsabilidades en el “mundo”, quieren un sostén a su vida espiritual (oblatos seculares).

Dom GueranguerLo que más nos interesa de esta historia es el periodo de los últimos siglos, y dentro de ellos, principalmente, la figura de:

Dom Guéranger.

En el curso de los últimos años de su gestión abacial, D. Guéranger, el gran restaurador de la vida benedictina en Francia en el siglo ΧIΧ, había comenzado a permitir, e incluso a aconsejar a algunas personas del exterior, sacerdotes ο laicos, a afiliarse a la comunidad de Solesmes, en primer lugar en calidad de asociados, y después, a partir de 1868, en calidad de oblatos propiamente dichos.

En la misma época, diversas Congregaciones benedictinas admitieron igualmente a los oblatos y obtuvieron privilegios que León XIII extendió en 1898 a todos los oblatos de la Orden de San Benito. Al mismo tiempo los estatutos fueron elaborados, redactados y corregidos, y finalmente aprobados por el Papa San Píο Χ. El texto fue revisado en 1924.

La idea esencial del texto es invariable: la oblación es una vía para los fieles deseosos de una mayor perfección espiritual, siguiendo la inspiración del espíritu de la Regla de San Benito, mediante un lazo individual y de orden sobrenatural con una familia monástica determinada.